A mediados de los años 90, Dublín era lo más parecido a una zona en guerra, con poderosos capos de la droga que luchaban por hacerse con el control de la ciudad. Su peor rival no era la policía, sino la valiente periodista Verónica Guerin (Blanchett), que desarrollaba un trabajo incansable informando sobre esta peligrosa red criminal. A medida que investigaba y daba a conocer los nombres de los "camellos", vivía una dolorosa encrucijada entre sus deberes familiares y su responsabilidad con los lectores y su país. De esta forma, Verónica Guerin se convierte en una heroína nacional y consigue cambiar la legislación irlandesa para siempre.