Adaptación de una novela de John Le Carré, donde el célebre espía George Smiley tuvo que ser rebautizado como Charles Dobbs, ya que la productora, que había producido El espía que surgió del frío el año anterior, tenía los derechos del nombre del personaje. Detalle curioso que en nada afectaba la trama, adaptada además a la pantalla por Paul Dehn, el mismo guionista del film citado. La película arranca con el supuesto suicidio de un funcionario británico, al que Charles Dobbs estaba investigando como posible espía comunista. En el Foreing Office quieren archivar el caso con esa versión, en que el hombre se habría quitado la vida al verse descubierto. Pero Dobbs va a seguir tirando por su cuenta del hilo de un par de pistas, con sorprendentes resultados.