En Portugal, un país europeo sumido en la más absoluta crisis, un director de cine propone construir historias ficcionales sobre la miserable realidad en la que se ve inmerso. Aún y así, tras fracasar intentando encontrar sentido a su trabajo, cobardemente huye de él, dejando abandonada a Scheherazade a sus pies. Ella requerirá el máximo entusiasmo y coraje posible para no aburrir al rey con historias tristes sobre su país. A medida que las noches transcurren, la inquietud y el cansancio llevan a la desolación y se vierten en encanto a medida que Scheherazade divide las historias en tres volúmenes para contárselas al Rey. Y así empieza todo.En "The Enchanted One", a diferencia de las dos anteriores entregas, tanto Sheretzade como el rey, hacen acto de presencia, protagonizando una secuencia absurdamente sublime destinada a reflejar de forma jocosamente autoconsciente, el referente en el que estas particulares 1001 noches se enmarcan. Y lo hace con un sentido del humor tan delirante como inclasificable, para dar paso, no sin antes detenerse en la experiencia y mirada de una inmigrante en Portugal, a la traca final, a un homenaje a las autóctonas raíces de Portugal reflejado en el canto del pinzón. Un final que se antoja tan risueño como radical, que como no podía ser de otra forma, cierra el círculo siendo fiel al transgresor concepto sobre el que se enmarca tan ambicioso proyecto. ¿La película definitiva sobre la crisis económica en Europa? Probablemente lo sea.