Tras ganar el Premio a Mejor Director Emergente en Locarno con su ópera prima, Bi Gan presentó en el Festival de Cannes 2018 su segunda película, "Largo viaje hacia la noche", que pronto se convirtió en una de las sensaciones de la edición, confirmándole como una de las voces emergentes más estimulantes de la nueva cinematografía china. Como un cruce entre Tarkovski, Wong Kar Wai o Hou Hsiao-hsien, las novelas de Modiano o la colección de poemas de Paul Celan, "Amapola y Memoria", "Largo viaje hacia la noche" es un obús a nivel formal y emocional que nos embarca en una suerte de noir romántico, una historia de amor platónica fundida en la melancolía que, ante todo, penetra en las entrañas de la memoria y de los sueños para embarcanos en un viaje único jamás experimentado antes en el séptimo arte.
Luo Hongwu regresa a Kaili, su ciudad natal, después de haber escapado de esta hace muchos años. Allí comenzará a buscar a la mujer que amó y que nunca logró borrar de su mente. Su nombre era Wan Qiwen.