El cine de zombies se traslada a un escenario aún por conquistar, La Habana, en una comedia de terror con crítica social, tan desternillante como sangrienta.
Mientras La Habana se llena de zombies sedientos de carne humana, los medios oficiales comunican que los disturbios son causados por disidentes pagados por los Estados Unidos. El pánico se apodera de todos hasta que Juan llega al rescate: descubre que puede matar a los muertos vivientes destruyendo su cerebro, y decide montar un pequeño negocio bajo el slogan ‘matamos a sus seres queridos’. Enfrentándose a los muertos vivientes, Juan logrará ganar algún dinerillo.