Patrimonio cinéfilo indiscutible y una de las obras maestras que firmó el cineasta soviético revolucionario Sergei Eisenstein. Un retrato exhaustivo de la vida y contiendas del famoso zar que le llevó a conquistar el premio a la mejor fotografía en el Festival de Locarno por su opulenta puesta en escena.
Terribles fueron las luchas que Iván IV el Terrible, primer zar de Rusia, tuvo que sostener contra sus enemigos del interior y del exterior para crear un estado fuerte y moderno. En 1547, a los 17 años, Iván es coronado zar en la catedral de Moscú por el patriarca Macario. El apoyo de la Iglesia confirió al acto un prestigio sagrado que sería la base de la autocracia zarista. En el interior, para combatir a los boyardos (la poderosa aristocracia feudal rusa), creó la Oprichnina, milicia muy fiel, gracias a la cual los nobles fueron asesinados o deportados, y sus tierras confiscadas y distribuidas entre los miembros de esta milicia. Nacía así una nueva aristocracia, tanto feudal como de servicio, que sirvió ciegamente al zar y contribuyó a consolidar su poder. Una vez pacificado el país, el zar acometió una política expansionista hacia el sur (conquista de Kazán y Astrakán) y hacia el este (conquista de Siberia). La expansión hacia el norte, cuyo objetivo era encontrar una salida al mar Báltico, fracasó, en cambio, completamente.