Tres jóvenes emprendedores inician un negocio de diseño de interiores para reparar viejos departamentos. Un espíritu libre se les presenta y les llevará una gran cantidad de clientes muy adinerados, pero con secretos renuentes a ser compartidos. “It doesn’t Hurt Me” se inscribe en el género, enormemente popular en Rusia, del melodrama. A pesar de tratarse de un drama romántico acerca de la amistad, el amor, el fracaso y la muerte, el director mantiene buena parte de sus señas de identidad, evitando caer en los más trillados esquemas del género.