Calificado como de simple divertimento por su propio director, este es uno de sus mejores films mexicanos, en el que brilla con singular agudeza su corrosivo sentido del humor tirando a negro. La propia dinámica del film -condicionada por el drama presuntamente psicoanalítico que desarrolla- está planteada desde una mirada de sardónico distanciamiento que propicia un indudable regocijo.Archibaldo de la Cruz ha visto en su infancia morir a su institutriz, alcanzada por una bala perdida, mientras él se escondía en el ropero de su madre. Ya adulto, la muerte de varias mujeres cercanas a él hacen que Archibaldo crea que es un asesino. Su único argumento es que él deseó todas esas muertes y que las mujeres terminaron siendo asesinadas. Interrogado por un juez, Archibaldo desvela su vida y las razones por las que piensa que debe ser juzgado. Desde su particular punto de vista, él es el verdadero culpable de todos esos crímenes.