Western y comedia romántica que presenta un grave problema de machismo a los ojos de hoy, pero que representa muy bien el cine que se hacía en la época. La película se recuerda especialmente por su magnífica banda sonora.
Gary Cooper interpreta a un cowboy rudo e implacable pero con buenos sentimientos. Aunque no tiene nada que ver con su forma de ser, acaba enamorándose de una joven adinerada de alto copete, interpretada por Merle Oberon. Con su manera decidida de actuar, el cowboy, que tiene un temperamento bastante tradicional, está decidido a calmar la ligereza de la chica. Ella no soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer. El cowboy piensa que este tipo de chicas son como los caballos salvajes, que para adiestrarlos hay que darles un margen de confianza, a la vez que atarles corto.