En su primera ceremonia, la Academia de los Oscars conecdió una estatuilla especial a Charles Chaplin por su versatilidad y genio al escribir, dirigir y producir El Circo y también, implicitamente, por hacer reír a todos los asistentes de los cines de América. Cuando nos encontramos por primera vez con Charles Chaplin en esta joya cómica, Chaplin interpreta a Charlot, un típico vagabundo, arruinado, hambriento y con tendencia a enamorarse locamente sin -por supuesto- conseguir a la chica. Confundido por un ladrón y perseguido por John Law, un agente de policía, hasta una carpa de circo, Charlot se transforma inesperadamente en una estrella cuando los jefes del circo creen que esta persecución no es sino una farsa. Momentos inolvidables incluyen la frenética secuencia de la casa de la risa, al vagabundo arruinando un espectáculo de magia y su paso vacilante al andar por la cuerda floja mientras unos monos trepan por su cabeza. Sin duda alguna El Circo es una comedia inolvidable.