El estilo directo y riguroso como documentalista de Côté, se hace patente en sus obras de ficción, donde igualmente se aleja de las normas y las convenciones, y contempla con mirada clínica -no faltada de distancia irónica- a sus personajes. Una comedia negra donde un macho alfa acostumbrado al éxito y que no se permite el fracaso en ningún ámbito, sea social, emocional o financiero, pierde el control de las cosas cuando su mujer -que ocupa un cargo importante en el gobierno canadiense- cae en una profunda depresión. A partir de ese momento la seguridad del personaje se ve sacudida y acaba enfrentándose a una pregunta universal: ¿soy buena persona? La presencia de un desconocido visitante (encarnado por el siempre inquietando Denis Lavant) lo confrontará a la cuestión, no para buscar redención, sino para aceptar la duda inherente a toda existencia humana. Boris Malinovsky es un triunfador: fuerte, independiente, orgulloso y seductor. Ostenta la arrogancia propia del éxito. Su esposa, Béatrice, ministra en el gobierno canadiense, padece una depresión misteriosa. Para evadirse de la enfermedad de su mujer, Boris mantiene una relación con su colega Helga y también intima con Klara, la joven cuidadora de Béatrice. Pero la aparición repentina de un extraño obligará a Boris a confrontar su visión del mundo y a cuestionarse sus logros y sus certezas.