Una de las obras más negras y contundentes del cine estadounidense de la última década.Dwight (Macon Blair) es un treintañero sin techo que vive en su coche, un arruinado Pontiac azul. Subsiste recolectando botellas en la playa y anda sin rumbo, hasta que un día su rutina entra en caos al enterarse de que ha sido liberado un hombre que lleva veinte años en prisión por un doble homicidio que es la causa de su ruina. Esto lo lleva a tomar una decisión descabellada y a personarse en la casa de su infancia, donde ahora habita Samantha (Amy Heargraves), que sin comerlo ni beberlo se verá involucrada en una extraña y violenta venganza.