Risas y un poco de ligereza para reflejar una situación política, histórica y cotidiana desesperadamente antagónica, la del conflicto palestino-israelí, que el cine tiende más bien a abordar desde los planteamientos más dramáticos. Esta es la audaz apuesta de Sameh Zoabi, presentada en la sección Orizzonti del Festival de Venecia.
Salam, un buscavidas palestino de 30 años que vive en Jerusalén, trabaja en el set de la famosa telenovela palestina Arde Tel Aviv, producida en Ramallah. Todos los días, para llegar a los estudios de televisión, Salam debe pasar por un estricto control israelí. Allí trabaja Assi, el comandante a cargo del puesto, cuya esposa es fan de la telenovela. Para impresionarla, Assi se involucra en la escritura del guión. Salam se da cuenta de que las ideas de Assi podrían ser lo mejor que le ha pasado nunca.